¡Venceremos!

¡Venceremos!

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Breve prólogo

¡Hola! Este es un blog dedicado fundamentalmente a la música y a la política. La única condición para, en principio la parte musical, y como veremos más adelante también la política, es la independencia.
Fijáos que la música independiente es música que se hace por amor exclusivamente, sin esperar ganar nada más que la experiencia artística de generar y transmitir, y así sale como debe ser el arte: puro, con las emociones que el artista le quiso poner, auténtico, transgresor... ¡Apenas la música pasa a ser parte de los circuitos de promoción y venta de las compañías es sometida y esclavizada, convertida de la expresión emocional más perfecta y reflexiva, vehículo de pensamientos y contenido de toda índole y fundamentalmente político, en un producto de fabricación en serie para la venta! Tal proxenetismo es eximir al arte de su misma esencia. Tengamos en cuenta algo además del aspecto expresivo: si la música dependiente busca satisfacer las demandas del público consumidor, nunca jamás puede ser vanguardista: no puede innovar, porque busca complacer. Lo más que se las arregla para hacer es chupar la sangre de los movimientos independientes: robar los sonidos innovadores que se ganan algún prestigio por sí mismos y demuestran una capacidad de venta considerable y absorberlos en su maquinaria.

Lo cual nos lleva a un paralelismo interesante; pensemos en la política actual.. me encontré con un compañero del secundario el sábado a la madrugada, y cuando le comenté mi afición me contestó sin demora: "¡Qué mierda!". Sentimiento profundamente arraigado en la Argentina media post-90. Política = corruptela repugnante de mentirosos chupasangre.
Pero ¿y la política de las ideologías, de los cambios, de la dinamización de la historia, de la rebeldía? Ha sido desplazada por la política de carrera, la política del provecho personal, del éxito del político... la política práctica, del que tiene hace lo que tiene que hacer y toma la oportunidad cuando la vé! Este político práctico ha comprendido que el imperio puede premiarlo grandemente si el hace su trabajo sucio dejando las cosas como están. ¡Es la política del cipayo, del que no representa los ideales de su pueblo, sino los del imperialismo a los cuales a aliado los suyos propios! Es la política desvirtuada de su esencia: la política dependiente. Ella que busca mantener el status-quo de opresión que nos impone la derecha reaccionaria. Así como la música dependiente busca tan solo el provecho económico de las empresas que la manejan y los músicos que se venden a ellas son los cipayos, en contraposición con la independiente que trata de dinamizar, sacudir el establishment cultural, aportar algo nuevo.

Nuestra posición es esa, excitar la rebelión y tratar de aportar algo nuevo, o por lo menos subrayar y difundir las partes esenciales de las cosas nuevas que aportan los demás.


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