Margarita no es una flor ...

Este 13 de Diciembre, pasado mañana, es el aniversario de lo que se conoce como la masacre de Margarita Belén. Consistió en la tortura despiadada y fusilamiento clandestino de 22 militantes sociales y políticos, por parte de los agentes del terrorismo de estado. Los nombres de las víctimas que se conocen son: Manuel Parodi Ocampo, Patricio Blas Tierno, Luis Ángel Barco, Luis Alberto Díaz, Mario Cuevas, Luis Arturo Franzen, Carlos Alberto Duarte, Néstor Carlos Sala, Carlos Terezecuk, Fernando Gabriel Pierola, Carlos Alberto Zamudio, Roberto Horacio Yedro, Reynaldo Zapata Sonez, Ema Beatriz Cabral, Carlos Maria Caire, Julio Andrés Pereyra y Delicia González.

La tarde del 12 los presos son trasladados a la Alcaidía Provincial (la cárcel). Las medidas de control disciplinario se habían extremado hasta limitar al máximo cualquier tipo de conversación, especialmente con los guardias. Por la noche fueron llamados de a uno y con efectos personales, y concentrados en el comedor de la alcaidía. Desde ese momento y por horas, los testigos escucharon los gritos, gemidos, golpes sordos y órdenes claramente desde sus celdas. Uno de los presos, Luis Díaz fue arrastrado por dos policías dado que la tortura lo había imposibilitado para valerse por sí mismo. Rubén Sala, fue arrastrado por los pelos hasta el baño, donde se pretendió reanimarlo echándole agua. Tenía una herida de bayoneta en el vientre por la que se desangraba. Zamudio caminaba con mucha dificultad, revelando gran dolor en el tórax y estómago. Acorde al testimonio del miembro de la policía chaqueña Eduardo Ruiz Villasuso, las mujeres fueron violadas reiteradas veces y tres de los varones castrados durante la tortura. Alrededor de las 3 de la mañana, camiones del ejército los vinieron a buscar, bajo excusa de llevarlos al penal cito en la ciudad de Formosa. Durante el traslado todos continuaron siendo torturados.

Sin embargo nunca llegaron a su supuesto destino. Unos kilómetros mas adelante del acceso a Margarita Belén, los camiones se detuvieron y los presos agonizantes fueron fusilados. Néstor Sala recibió un disparo de escopeta Ithaca en la cabeza, desde muy pequeña distancia. Los demás recibieron disparos de FAL. Posteriormente, sus cadáveres fueron sepultados secretamente en el osario común del cementerio de Resistencia. La masacre se publicó en los diarios disfrazada por el régimen de intento de rescate frustrado, incluyendo un enfrentamiento armado con fuerzas guerrilleras que se habría cobrado las vidas de los prisioneros.

El 24 de Febrero de 2009, finalmente se elevó la causa a juicio oral. Al día de hoy todavía no tiene fecha.

Tan terrible, trágica brutalidad, nos llena de un odio espeso y nos hace sentir que un poco de cada uno de nosotros murió vejado y ultrajado esa noche; un poco de cada uno de nuestros padres, de nuestros hermanos, de nuestros hijos. Y sin embargo no es sino una gotita en el mar atroz en que vivimos hasta 1983.

El domingo habrá fotos actualizadas del acto conmemorativo.